16 de julio de 2015

(Contra)periodismo en versión original madrileña

Me he acordado de Pascual Serrano con la apertura de la web Madrid Versión Original. Comparten una especie de contraperiodismo frente la información mediática (y mediante). Está siendo curioso el tratamiento de la propia información (la apertura de la web) en los distintos medios. Algunos califican la web de censura. ¿Censura? Será lo que sea la web, hablémoslo, pero no es censura. ¿A quién censuran y cómo? Censura es cerrar la web, que es lo que reclaman los críticos más extremos. ¿Dónde está el problema en desmentir o matizar informaciones falsas? Lo deseable es que no tuvieran que matizar nada. Dice la presidenta de la FAPE al respecto: “El papel del periodista es ejercer ese contrapoder imprescindible en la sociedad y que garantiza a la ciudadanía el derecho a recibir información libre”. Completamente de acuerdo. Sobre todo en lo de “libre”. ¿Qué hacemos entonces con RTVE? El problema es que se asocia iniciativa privada a libertad informativa. Sería un error comprensible (si fuera tal y no una estrategia) teniendo los medios públicos que tenemos, manejados de manera torticera por sus responsables políticos. Ese no es el modelo, obviamente. Pero que un modelo no haya funcionado no anula otros posibles modelos que desarrollen el mismo concepto de otra manera. En fin, parece que se están cabreando más los medios que corren más riesgo de ser matizados. Cabreo non petita, manipulatio manifiesta (disculpen los académicos mi latín inventado). Y respecto a la electoralista asociación entre la web y el ministerio de la Verdad orwelliano, responde a un ejercicio de imaginación (interesado) propio de la ciencia ficción. Por ahora la web no es más que otra fuente digital de noticias y comunicados. Como siempre, el matiz se pierde por la taza del partidismo.
Madrid Versión Original puede ser una buena herramienta o no, ya lo veremos: dejemos que el ruido de fondo pase, cacemos primero el oso, tiempo habrá para vender la piel y criticar lo criticable, que para eso estamos. Analicemos la necesidad de herramientas informativas públicas que “hagan frente” a los grupos de comunicación privados que copan el panorama informativo (no digo que Madrid Vo lo sea, o que sea la herramienta necesaria, digo que es un síntoma de la enfermedad). En este punto alguno puede llevarse las manos a la cabeza, pero qué quiere este, ¿más Canal Sur, más Telemadrid, más telediarios de TVE? ¿O es un peligroso populista bolivariano? Ni peligroso ni populista ni bolivariano ni todo lo contrario. Simplemente soy partidario de que el público ciudadano no se forme e informe a través de los cauces convencionales, es decir, los grandes grupos mediáticos controlados, lo sabemos ya, por quienes deberían ser los principales controlados. A partir de esta idea, veo necesario el desarrollo de proyectos informativos de variado pelaje que no dependan de esos grupos de comunicación. Madrid VO es una de las posibles respuestas a este problema. Es una respuesta “pública” (hay otras privadas que funcionan en este sentido). Que sirva de algo o no ya lo veremos. Puede ser un primer paso en el camino adecuado. Y ya se sabe que los primeros pasos suelen venir acompañados de extrañeza e incomprensión. Y si además hablamos de una propuesta llevada a cabo por una de los nuevos demonios nacionales del partidismo mediático patrio más escorado a la derecha, esa incomprensión y esa extrañeza se convierten en ataques que de nada sirven para discutir sobre la idea en sí misma: la necesidad de abrir un debate acerca de la pertinencia de cierto periodismo que dependa de representantes votados por el público ciudadano. Algo que no sucede con los diferentes responsables de los grandes medios privados con los que aún se informa la gran mayoría de la gente. Si muchos no queremos que nuestro derecho a la sanidad y a la educación los gestionen manos privadas, ¿por qué no empezamos a plantearnos nuestro derecho a la información de la misma forma?