26 de octubre de 2009

Otro cuento chino

Hace muchas noches fui una mariposa que revoloteaba contenta de su suerte. Después me desperté, y era el filósofo Chuang-Tzu. Pero, ¿soy en verdad el filósofo que recuerda haber soñado que fue una mariposa o soy una mariposa que ahora sueña que es el filósofo?

22 de octubre de 2009

Mejor será reírse...


Muy divertida la crítica "acompasada" de Ángeles y demonios, la novela de Dan Brown, que escribe Clandestino Menéndez en sus Cuadernos críticos (Literaturas.com). Dejo aquí el enlace... y un pequeño avance:

...leo que los tres libros o autores de referencia para Dan Brown son Shakespeare (ya), Steinbeck (ya también) y "The Elements of Style"(Elementos del estilo), porque (y esto lo dice el escritor actualmente más vendido), "¿quién es capaz de recordar todas las reglas gramaticales y de puntuación?"...

...ciertamente le entra a uno el pavor; no porque los malos quieran cargarse el mundo, que, al fin y al cabo, al precio que está todo, casi mejor, sino al ver con qué toscas escenas, atmósferas pueriles y diálogos que avergonzarían a un párvulo se llega a la fama y al bestsellerato en casi todos los países del mundo. Es verdad que siempre ha habido literatura rápida y fácil para el consumo diario, pero nunca como hoy se había recurrido de forma tan cruda a lo simplón, en su doble acepción de sencillo e idiota".

16 de octubre de 2009

Causas y consecuencias

Escribo contra el frío y el miedo. En vano escribo…
Alejandra Pizarnik

5 de octubre de 2009

Propuesta

El lenguaje es un elemento integrador (o todo lo contrario). Por tanto, propongo utilizar el término emigrantes en lugar de inmigrantes. Recordemos, por si hay algún despistado: uno es inmigrante en el país al que llega, y uno es emigrante del país que abandona. Si hasta ahora hemos preferido usar la primera de esas dos "acepciones", por qué no empezar a usar la segunda. Expresa mejor –que de eso se trata el lenguaje- la esencia del individuo, la raíz de su periplo, que es emigrar y no inmigrar. La palabra emigrante, además, puede parecerle menos “intrusiva" a todos esos que desde el punto de vista occidental y desarrollado –unos con maneras racistas y por tanto ignorantes, otros con formas más humanas pero en el fondo hipócritas por interesadas- ven la situación desde el otro lado de la línea, y piensan que el problema es que alguien llegue a un lugar cuando el drama es el contrario. Y por supuesto, me refiero a todos aquellos que se ven obligados a emigrar, no a los que se van para jugar al fútbol o por el mero -y siempre enriquecedor- placer de vivir en otro país.