26 de julio de 2012

19 de julio de 2012

Historias nocturnas

Hace más de una hora que podía haberse ido, pero sigue ahí, solo, y en apenas seis horas volverá para abrir de nuevo. Le veo cada noche desde hace años. Lo revisa todo, una y otra vez. Parece que va hacia la puerta, que apaga la luz, ya es hora de echar el cierre... pero algo se le ha olvidado, tras la barra, o en el baño, quizás revisar los rollos de papel. Es el bar más limpio de la ciudad pero él siempre encuentra un brillo que pulir o quizás una casa de la escapar. O que siempre olvida dónde ha aparcado el coche y trata de demorar el momento. Cómo no especular. Cómo no imaginar su historia, la vida de ese hombre que no puede salir del bar. O no quiere.