14 de marzo de 2012

Un poquito de Chirbes

Ángel Ferrero ha entrevistado (y no es fácil) a Rafael Chirbes.
Aquí dejo el enlace.

Nada nuevo para quienes ya le habéis leído, especialmente en Por cuenta propia, pero siempre es positivo recordar determinados olvidos colectivos que son la base de la democracia que tenemos hoy (y que tanta gente ignora, por sorprendente que pueda parecer a estas alturas, o no tanto). Entre otras cosas, Chirbes habla de un artículo que escribió en 2010 para un especial del Frankfurter Allgemeine Zeitung en el que se pedía a varios autores europeos que escribieran sobre su país. El texto de Chirbes se tituló Zapatero, en la mesa con los caníbales y, oh sorpresa, tanto la derecha, primero, como después “la izquierda” (las comillas son mías) trataron de manipularlo en beneficio propio.

Algunas frases de la entrevista:

Esto es una gran farsa que se montó en el 78 por la cual los derrotados han seguido siendo derrotados, y ya no hablo de individuos (que ya se han muerto todos), sino de todo un concepto de la sociedad y del estado.

Yo recuerdo irme a Marruecos en el 77 a trabajar y volver en el 79. Había dejado a mis amigos con la velita cantando La Estaca de Lluís Llach y cuando volví estaban metidos en La Movida cantando lo de mi chica en el hipermercado y el hombre lobo en París. Yo no entendía nada porque no había vivido el proceso. Me vi como un marciano.

El pelotazo inmobiliario viene de la Ley Boyer de alquileres, que es del año ochenta y cuatro u ochenta y cinco, que fue la que activó la especulación en los centros de las ciudades, que los desalojó de viejos y jóvenes y los convirtió en materia especulativa, hizo subir los alquileres y multiplicó el precio del suelo por diez, por quince o por veinte. Y a Botín se le cae la baba.

6 de marzo de 2012

Papeles

Un ejemplo más de cómo confundimos al enemigo, de cómo nos jodemos entre nosotros y de cómo ese simulacro beneficia a quienes lo dirigen, no a quienes lo (mal)interpretan. O nos revelamos contra el guión o dejamos que la película siga su curso, pero luego no nos quejemos de que el final era previsible. Aún hay tiempo para cambiar el argumento y la estructura. O no. Pero cuál es la alternativa. ¿Seguir actuando en esta mierda de trama? Por suerte hay gente que aún rechaza ciertos papeles. Por suerte hay gente que se levanta de la butaca o al menos patalea. Aunque las luces continúen apagadas.