Kundera en una conversación con Roth (Philip) reproducida en el libro El oficio:un escritor, sus colegas y sus obras:
Una novela no afirma nada: una novela busca y plantea interrogantes […] La estupidez de la gente procede de tener respuesta para todo; la sabiduría de la novela procede de tener una pregunta para todo […] El novelista enseña al lector a aprehender el mundo como pregunta […] El mundo totalitario es un mundo de respuestas en vez de preguntas. En él no tiene cabida la novela […] La gente prefiere juzgar a comprender, contestar a preguntar. Así, la voz de la novela apenas puede oírse en el estrépito necio de las certezas humanas.
Hay altivez en estas palabras, sí; me imagino a Roth y Kundera hablando en un café y creo que podría llegar a ser insoportable esa superioridad sobre el resto de mortales que a veces parecen desprender ciertas declaraciones de estos dos escritores (y de otros tantos), ambos entre mis más admirados por sus libros. Pero también hay verdad, y material para la reflexión.