4 de septiembre de 2018
Ikea
He entrado al Ikea por el final y lo he recorrido entero a
contracorriente. Cuando he llegado a la entrada,un empleado me ha dicho
que sólo podía salir por allí si desmontaba un armario antes, así que me
he dado la vuelta y he seguido el sentido marcado por las flechas,
pero al llegar a las cajas había tantas colas que no he podido salir. Me
he dado la vuelta otra vez y lo he intentado por unas puertas laterales
que hay a medio camino,pero daban todas al Ikea de otras ciudades.
Llevo aquí doce horas. Me he metido en una cama,la gente piensa que
formo parte de la experiencia. Una señora me ha dado un plátano.Tengo
sed y un poco de hambre. Y mucho miedo.