A menudo un periódico, una emisora de radio o una cadena de televisión se vanaglorian al dar una exclusiva y nos repiten dos o tres veces que ellos son los primeros en dar a conocer tal o cual noticia.
Lo curioso es que cuando la realidad desmiente la información que ellos habían avanzado, se olvidan -cuan traicionera la memoria- de recordar a los señores lectores, oyentes y televidentes que aquello que dijeron resulta que no estaba "totalmente" contrastado, vaya, que no había tal exclusiva. Jamás rectifican, nunca. Y así, poco a poco, la verdad se diluye en un mar de mentiras (interesadas) que termina por dar a todo un tufo asqueroso a mala ficción.
Y si les dices: "oye, eso que publicas es mentira, y lo sabes", entonces te dicen: demuéstralo.
Periodismo del siglo XXI.