¿Por qué no iba yo a sumarme a la incesante tormenta de aniversarios que se celebran cada día, casi cada hora? Ayer se cumplieron dos años de la presentación de El abrazo de piedra en Sevilla (al final fue la única presentación). Quizás lo dejé demasiado solo, pero ya no hay vuelta atrás. No me guarda rencor, me conoce mejor que nadie. Por lo visto está bien, me llegó una carta suya a comienzos de año. Dice que no puede quejarse. Ha logrado colarse en un buen número de estanterías, mesitas de noche, bolsos, se metió en un tren hacia Lisboa, y en otro hacia París, incluso llegó al otro lado del charco después de un largo viaje. Según me contaba en su carta (escueta, testamentaria), ha aprendido mucho en estos dos años. Me preguntaba que para cuándo ese hermanito tan esperado. No sabría contestarle. Cómo decirle que va a nacer diferente a los demás. Cómo explicarle el miedo a lo desconocido, a lo prematuro.
Si quieres conocer a mi segundo primer hijo, pincha aquí. Él lo haría por ti.
Para los que queráis conocer al tercero, paciencia (infinita).
Evolución de un niño entre los 19 y los 24 meses, según la web Cosas de la Infancia: Logra mayor control de su cuerpo, se levanta y se sienta con mayor facilidad, camina con mejor coordinación de costado y hacia atrás, puede correr, girar y detenerse sin caerse. No dice nada de si puede ya desarrollar alergia al polvo, que es lo importante.